jueves, 3 de junio de 2010

Cuidado, los mapas engañan (proyección Mercator)

Proyección Mercator del mapa terrestre

La famosa Proyección de Mercator con la que ilustramos millones de libros de enseñanza, es en realidad una idealización que muchos terminan por creerse a pies juntillas. Imagina que la Tierra es un globo elástico (y desinchado) como los que usan tus niños para jugar. Imagina ahora que introducimos ese globo en un cilindro rígido al tiempo que empezamos a soplar. Obviamente el globo adquirirá la forma del cilindro. Imagina de nuevo que podemos ahora partir ese globo cilíndrico y estirar su “pellejo” rectangular sin que su forma varíe. Lo que obtenemos es un mapa en el que los polos desaparecen y en el que Groenlandia tiene un tamaño similar al de África a pesar de ser en realidad 14 veces más pequeña. Ese es el estándar que usamos para representar en dos dimensiones a ese cuerpo 3D que es nuestro planeta.

La imagen me ha recordado de nuevo el “engaño”, al que la fuerza de la costumbre convierte casi en una mentira asumida. En efecto, la superficie de todos los círculos que aparecen en la imagen es equivalente. Como véis, cuanto más cerca de los polos miramos más grande es la distorsión, así que lo dicho: no os creáis a pies juntillas los mapas. La limitación que supone usar superficies planas para el intercambio de información (nuestros libros y pantallas) nos trae estos efectos secundarios.

Esperemos que James Cameron cambie pronto esto y nuestros niños se lleven al cole mapas de la Tierra (o de Pandora) en un colorido 3D.

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