viernes, 20 de noviembre de 2009

Los Monos También Experimentan el Fenómeno del "Valle Extraño"

Foto: Shawn SteckenfingerUnos investigadores de la Universidad de Princeton han desvelado un nuevo e inesperado aspecto del misterioso fenómeno visual experimentado por los humanos y conocido como el "Valle Extraño". Los científicos han descubierto que los monos también lo experimentan. Este fenómeno psicológico de percepción visual se caracteriza por la sensación de rechazo e inquietud despertada en el observador cuando éste observa robots o avatares diseñados para parecerse mucho a un humano (o a un mono, si el observador es un mono), pero que muestren imperfecciones que delaten su naturaleza artificial.

La teoría del llamado "Valle Extraño", propuesta en 1970 por el pionero de la robótica Masahiro Mori, sugiere, entre otras cosas, que cuanto más realista y semejante a los humanos parezca un robot, más positivamente reaccionará ante él un humano, pero sólo hasta cierto punto. Cuando el parecido es muy grande, pero no hasta el punto de que el observador crea estar ante un humano real y por tanto no se entere de que está ante un robot, se produce un sentido de repulsión o aprensión hacia el androide, como se ha comprobado en algunos estudios como por ejemplo el de Karl MacDorman, director del Instituto de Ciencia del Androide (Universidad de Indiana - Universidad Purdue en Indianápolis).
Ahora, en otro estudio, unos investigadores de la Universidad de Princeton, tratando de contribuir a la literatura científica emergente sobre el tema y buscando dar respuesta a preguntas más profundas sobre la base evolutiva de la comunicación, han constatado que los monos macacos también experimentan el Valle Extraño, exhibiendo esta reacción cuando miran imágenes generadas por ordenador de monos que, aunque son muy parecidos a los reales, no son representaciones perfectas.

La cuestión clave es que un mayor realismo no necesariamente conduce a una mayor aceptación, tal como señala Asif Ghazanfar, profesor de psicología en el Instituto de Neurociencia de la Universidad de Princeton, quien dirigió la investigación. Ésta es la primera vez que se detecta este fenómeno en otros animales distintos al Ser Humano. En el estudio también ha trabajado Shawn Steckenfinger.

El trabajo, según sus autores, es significativo porque demuestra que el efecto del Valle Extraño no es exclusivo de los humanos, indica que hay una base biológica para el mismo, y apoya varias teorías que proponen que los mecanismos cerebrales subyacentes en el Valle Extraño son adaptaciones evolutivas.

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