sábado, 7 de agosto de 2010

Rodolfo Llinás: La neurociencia de la subjetividad

Pere: “sobre el misterio del origen de la conciencia…” Rodolfo Llinás: “¡No hay misterio! Sólo algo desconocido (…)” P: “¿y tardaremos mucho a conocerlo? R. LL: “¡Nos estamos acercando! Yo ya huelo sangre…”

y… R.LL: “Sabemos que la subjetividad está atada a cierta frecuencia celular, y energía de activación (…) Por primera vez vemos que la subjetividad está relacionada linealmente con el número de células… esto no se sabía hace seis meses… empezamos a entender las bases físicas de la subjetividad”

Llegué el miércoles por la noche a Bogotá con tiempo justo para tirar la mochila en el Hostal La Pinta y salir a tomar algo por la encorbatada Zona G. Duermes un poco, te levantas, terminas un trabajo que dejaste pendiente (es lo malo de ser freelance; lo bueno es que puedes irte dos semanas a Colombia sin pedir permiso), y sales disparado a relajarte paseando por La Candelaria. Viajar sólo es estimulante. Visitas el Museo del Oro. Por allá situado en medio de la tabla periódica, el Au es el metal más dúctil que existe, un gran resistente a la corrosión, y además buen conductor de electricidad. Por esos motivos aparte de su belleza tiene tan diversas aplicaciones en medicina, electrónica e incluso restauración. Pero lo que más te impresiona del Museo es la sala donde te explican el simbolismo que el oro tenía para las culturas precolombinas, donde en la más pura expresión dualista cuerpo-mente se enterraba como ofrenda para el bienestar de los espíritus, o los chamanes construían pájaros dorados para idolatrar a ese bendito animal que podía unir cielo y tierra; dioses y personas. Incluso cuando los chamanes entraban en trance se transformaban en aves y su alma se alejaba del cuerpo para contactar con lo sagrado. Sabemos que nuestros pensamientos son fruto de una previa actividad cerebral; pero qué arraigada está todavía la idea (por religión o metafísica) de que hay “algo” más allá de conexiones neuronales, y que trasciende lo puramente fisiológico.

Pero bueno… salgo del Museo y almuerzo con la periodista científica Lisbeth Fog, quien me sugiere acompañarla a la entrevista que va a tener con el reconocido neurocientífico colombiano afincado en Nueva York, Rodolfo Llinás . ¿Rodolfo Llinás? ¡Claro que me apunto! Consecuencia: mañana salgo a Cartagena sin haber subido al cerro de Monserrate. Mala Suerte.

Terminamos la tarde en una librería tomando café con Llinás y hablando de esta visión espiritual que mantiene un cierto tipo de dualismo cuerpo-alma, contraria a todas las evidencias neurocientíficas actuales. Evidentemente, con el último post tan fresquito, también le pregunté cuando creía que se podría resolver científicamente el misterio del origen de la conciencia humana. Éste es el gran tema de dicho prestigioso neurobiólogo. “ya huelo sangre!” me dijo para mi sorpresa asegurando que le están poniendo cerco, y que los canales de calcio algo tienen que ver con ello... Pero para él, la pregunta científica más importante a resolver es “¿Qué es la subjetividad?”: ¿Cómo una información percibida por los sentidos se interioriza y hace propia.

Consciente del poco tiempo libre me dejaría la cumbia, las cenas, la zona T, Cartagena, Tayrona, Medellín, y la duda entre visitar la ciudad perdida o hacia el Amazonas, casi despidiéndonos saqué el móvil y le pedí que grabáramos unos minutos de video sobre esta búsqueda científica de la subjetividad, y en qué se basaba para asegurar que la interpretación física de la conciencia está cada vez más cerca de ser averiguada.

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